Aprender a conocer

A veces asociamos con determinados países a los que viajamos elementos típicos como un edificio, una montaña, un río o cualquier estructura grande y llamativa. Sin embargo, eso no es todo lo interesante que podemos descubrir de un viaje.
Cuando viajamos a una ciudad, sin duda la arquitectura de los edificios, los parques y los museos son parada obligatoria, pero no es lo único que podemos disfrutar conociendo de un lugar. La UNESCO define el patrimonio cultural como "el conjunto de todos los bienes, materiales o inmateriales, que, por su valor propio, deben ser considerados de interés relevante para la permanencia de la identidad y la cultura de un pueblo". Con bienes materiales nos referimos, evidentemente, a dichas estructuras y parques, pero no se queda ahí.



Me gustaría decirle a los lectores de este blog que cuando viajen, no se limiten a permanecer en el hotel y viajar por los barrios importantes y excursiones organizadas; la riqueza de una cultura se encuentra también en sus integrantes, cómo se relacionan entre ellos, su gastronomía, y para conocer esto, conviene ser aventurero, probar en restaurantes locales, salir de marcha cuando la gente lo haga, y empaparse de cultura diferente.